Pastor Adonay Marín predicando durante una convención, de pie tras un púlpito de madera con una llama roja, bajo una luz azul.

Pastor Adonay Marín: Un Llamado Nacido en la Oración

A finales de 1992, un joven de apenas 17 años llegaba a Houston, Texas, junto a su madre. Solo ocho meses habían pasado desde su bautismo en el nombre de Jesús, cuando Dios comenzó a inquietar su corazón de una manera profunda. Después de la escuela, se encerraba por horas en su habitación, buscando al Señor con fervor, deseando una llenura real del Espíritu Santo. Fue allí, en ese lugar secreto de oración diaria, donde comenzó a formarse el ministerio de Adonay Marín.

Huérfano de padre desde los dos años, su niñez fue marcada por el esfuerzo incansable de su madre, quien sacó adelante a nueve hijos con sacrificio y fe. A los cinco años, cuando ella tuvo que emigrar, quedó bajo el cuidado de sus hermanos mayores. A los quince, Dios le puso en el camino a una joven amiga que lo invitó a una iglesia donde, tiempo después, sería bautizado. Esa joven, convertida en instrumento divino, se convirtió en su esposa, Roxana, con quien hoy lleva más de 30 años de vida y ministerio compartido.

La pasión del Pastor Marín no se limita a un solo aspecto del ministerio. Vive con entrega la predicación, la enseñanza, el canto, y sobre todo, las misiones. Su visión para Iglesia Filadelfia es clara y firme: fomentar el amor con el cual Cristo nos amó, avivar el fuego del pentecostés, y rodearse de verdaderos compañeros que vivan el amor fraternal en autenticidad.

El versículo que ha guiado su caminar ministerial es Salmos 126:6:
“Andando y llorando el que lleva la preciosa semilla…”
Un reflejo de su entrega y perseverancia a lo largo de los años.

Cuando predica, desea que cada oyente se quede con una verdad simple pero poderosa:
“El evangelio sí funciona.” (Romanos 1:16)
Porque lo ha vivido. Porque lo ha visto transformar vidas una y otra vez.

En los momentos difíciles, lo que lo sostiene no es la emoción ni la rutina, sino la convicción firme de aquel que lo llamó, incluso cuando aún no lo conocía. Él declara con seguridad:
“Dios escucha. Dios sigue hablando. Dios sigue obrando.”

El Pastor Adonay Marín distingue a Iglesia Filadelfia no como una organización, sino como parte viva del cuerpo de Cristo. Una iglesia que honra la Palabra, respeta la autoridad del Espíritu, y rechaza las estructuras humanas que sofocan la voluntad de Dios.

Servir junto a su esposa Roxana ha sido, en sus palabras, “lo más hermoso que Dios pudo compaginar.” Juntos, se aman, se respetan y modelan un servicio sincero a la grey del Señor.

Para aquellos que desean comenzar a servir a Dios, su consejo es claro:
“Si ya lo probaste todo y todo te ha fallado, prueba el evangelio. Pero no a medias. Entrégalo todo y sin reservas.”